Conversas paralelas

Aquí os dejo el rastro de una extraña conversación transoceánica...

no tengo la claridad del que quiere arriesgar

no puedo mantener la frialdad que requiere el juego

no puedo aliviar las caras de todos

un tiempo , ni las promesas para toda la vida ,

no se porque si pude postergar el esfuerzo del tiempo

no me sirvio de nada la ignorancia de este vivir impulsivo

pero alcanzo a reconocer que no me gusta el sabor de lo que se termina sin arruinarse

del todo

ni de lo que puede ser eternamente latente , sin comenzar

no puedo olvidarme que todo desde un cominzo , va a terminar ,

no puedo seguir mal de un loco que habla de la locura de los otros,

se enborracha entres esquinas de su vida

mientra le roba vidas a la muerte

y no sabe que hacerlas

sigue al gato negro hasta el jardin,

cuando su estrella no lo mira vuelve a caer en la trampa ,

la de la pelicula con final triste...

viejas traiciones que vienen a darle la mano ,

la del mejor secreto

va a dejar que la noche le diga que hacer

al lado de un amigo

y ella ?

Andrés Bohemian Simes.

Ella apenas consoló a la noche,
el vacío del día obligaba su absurda presencia.
Sin embargo, agradeció esas largas soledades
para desaparecer lejos de lo acostumbrado y ajeno.
No entendía de sinos,
reiteradamente cansada
eligió sonreírle a sus propias flaquezas.
Tampoco soportaba el sabor de lo que termina sin arruinarse del todo,
por lo que buscaba poesía incierta en vez de paseos en barco
ni entendía la latencia,
cobarde renunciante de vuelos...
ahora asombrada se alzaba bajo sus pies,
que aunque no tocaban suelo
eran más certeros que nunca,
porque sabían de su insignificancia.
Susurró que las traiciones no saben detenerse
porque abandonarían la huida
y el vértigo de lo indeseable pero fácil
sustituiría a la pesada pero acertada búsqueda.
En medio del voraz quehacer cotidiano
buceaba la calma en su asignada cueva
solo las farolas seguían preguntado insistentemente y colándose por el balcón,
pero esta vez la incertidumbre le regaló un satisfecho silencio.
Encogiéndose de hombros devolvió la mirada a la estrella,
que imperturbable,
algunas veces se le esconde detrás las nubes
para ponerla a prueba.
;)