Cosas de casa

¡Buenos días!

Hoy me gustaría compartir algunas de las artistadas que tengo por casa.

Esta primera imagen de la célebre Paloma de la Paz de Picasso, esta en la entrada y pretende bautizar el hogar para repartir paz y amor por sus paredes. En Grecia, la paloma era símbolo y mascota de Afrodita, la Diosa del amor, y en la Biblia, se cuenta que despúes del diluvio una paloma apareció para anunciar que todo había acabado y el mundo estaba en paz de nuevo. Picasso recuperó este símbolo como encargo para el Congreso Internacional de la Paz de 1949, después de la Segunda Guerra Mundial. Muchas ciudades europeas imprimieron en sus paredes este símbolo por entonces para mostrar su seguimiento, y yo hago lo propio 62 años despúes. Si alguno se siente motivado por la anécdota, no dude en copiarme y plasmar en su pared la Paloma a modo de nostálgica adhesión al movimiento por la paz. :) Agradecimientos a Miriam por la ayuda en las tareas de copistería (tía, eres especial). 

Esta segunda imagen ("Atardecer en el campo"), es una composición que comenzó observando las preciosas calabazas de mi cooperativa de verduras ecológicas. Como eran tan bonitas, no pude comérmelas, y decidí que tal belleza natural era digna de ser expuesta. Así que, maquiné una pequeña estantería para ello. La compré por partes, la arme y la pinté. Pero sólo pudo ser colgada con la inestimable  ayuda de Rafita, quien aguantó con estoica paciencia mis continuas dudas sobre la ubicación final de la misma. El cuadrito del fondo, surgió de una tostada de pan integral con no sé cuantas semillas, y como me había sobrado una maderita de cortar otra, pues ahí que me puse a improvisar un atardecer en el campo, pegando las semillas del pan sobre el cuadro. Despúes un poco de papel para unificar elementos y ¡voilá!, acabada la composición.

El siguiente objeto es una silla de madera pintada por Elena, genial artista sin parangón. Fue un regalo por mi cumpleaños, y no creo que pudiera ni yo misma haberla pintado más acorde a mi propio gusto. Como estoy algo reincidente con el agua y en especial con sus manifestaciones marítimas, mi amiga decidió para personalizar la silla, dotar de brochazos esta obsesiva inquietud con gradación de colores marinos y soleados. En la espalda de la silla, esta escrito a modo de sintética explicación conceptual el tíulo de la obra: el mar. Gracias Jely :)

Por último, un detalle que me gusta de mi cocina, que son estos empujes de colorines. Los compré en India, los descubrí escondidos y empolvados en una caja de una tienda de hierbas y elementos homepáticos en el bazar de Delhi. Eran todos diferentes, en colores y formas, cada cual original a su modo, todos juntos y revueltos. Una bonita metáfora coloreada de parte de lo observado en India. Como encima eran baratísimos, los metí en la mochila y ahí están caracterizando cada puerta y  estantería, y recordándome cada mañana que la singularidad y la convivencia son posibles y pueden ser   armónicas.

                                     ¡Buen domingo hogareño!