Todos hemos tenido en casa el típico mueble o cosa de la que nos da pena dehacernos incomprensiblemente. Nos chocamos con él/ella en el pasillo cuando vamos con prisa, le maldecimos cuando llegamos a casa y buscamos el dormitorio sin encender la luz, lo contemplamos frunciendo el ceño preguntándonos por qué diantres aún no lo hemos devuelto al mismo lugar del que salió: la calle.
Aquí tenemos al pequeño monstruito |
Pues bien, a tod@s los Diógenes va dirigida esta entrada. ¡Si amig@s!, ¡siempre hay un uso!, ¡siempre hay un motivo! ¡siempre se le puede dar la vuelta!, ¡siempre algo que es inservible que puede llegar a ser inservible pero mono, guapo, molón! ¡Y es por eso que lo cogemos! Porque es un objeto extraño, inquietante, estúpido, pero por lo que sea llama nuestra atención y es digno de rescatarlo del desolador paisaje callejero.
Siempre un verdor alegra cualquier humor |
Adopte usted un mueble! Aunque parezca no tener sentido, el día menos pensado nos da un "yuyu" y algo se nos ocurre que hacer con él. Y entonces, sólo entoces, todo cobra sentido, y ya nos da igual no tener una visión práctica de la vida, que nuestros amig@s se metan con nosotr@s por coleccionar cosas sucias y viejas, que no tengamos mucho espacio para almacenar. Señoras y señores cojan ustedes todo lo que se les atoje, hay un mundo de tesoros absurdos ahí fuera, sólo hace falta salir a buscarlos,¡qué diablos!
(Meikin of: nada, el típico pinta y colorea probando tonos y capas de marrón chocolate, granates y así sobre la madera original lijada primero. Luego decapados con trapo y lija para dejar ver la madera más clara y que haga un poco de contraste. Una capa de barniz mate y a correr.) Que no queda molón ni nada en la entrada ¿eh...? pues eso, de silla a mesa... ¡en el rincón no me pesa!
Ale buen fin de semana a tod@s.
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